El Centinela


 

II
 
pasto en nimbado barro pasto de victorias derrotadas
pasto de canas y apenas somos distintos
acantos que bajan por huartón cruz
sigilosa mira la abuela de luz mira en su ceño
manifiesto de su menor nieto de mayor ripioso
recogiendo jaspe de eucalipto en descendiente río
incendiando velamen en su espalda en los regazos
del bebé apachido nuevo latido en venasangre
acarreando lascas y valvas aquí tomaremos té abuela
la madera está cocinando luz mila de milagrosa tierra
pasto en lágrimas pasto de felicidad llanto y canto
y abro la puerta abierta por el abuelo en veda de domingo
y es mamá que me trae de las orejas chacayán chacayán
pasto de niños labradores pasto en cenit de aves en chacras
los costales pesan abuela los costales alimentan
mimbres palos del techo cargando en diedro de aguas
en girándulas que bajan a charcos
que ya no bajan quizás suban quizás huyan buscándote
como buscando a mamá
te sigo ahíto abuela te sigo nomás
pasto que me dejas al hablar de mamá
pasto del abuelo que diseñó tu casa de alabastro
y llueve siempre llueve
y lava mis pequeños huesos de doncel pasto
mirabelos que festejan setiembre de cosecha


XII

 
sentamos la piedra en un campo de ichu
ni aves al canto rondan tarde y ardor
ni truenos lagrimiza las fibras del rostro cósmico
ánima que desafía lo huanca al nacer de aquí
de un brillo en el relámpago oscuro
de un motor surcando la estancia paternal
en su retorno sagrado en inquisitorial renombre
sin nombrar el cómo sin hijo del padre torciendo el lomo
que nace de la tierra siendo su ganado su mentor
hilado de mamás protegiendo al mazorral chofer
de las semanas de marcha al trabajar temprano
conduciendo en la fría huishca
negociando el producto que ha de vencer a la materia
y ahí mismo cortar la lengua sedienta
y contar tú mismo cómo llego al riachuelo
a la casa de los menores soldados agricultores
removiendo el rosicler caparazón
de los langarutos látigos que se rebelaron ante el gamonal
avasallante enfrascados en mulas y caballos
blandiendo la lampa bajo los dictados de un garzón
enfusilando su nombre testigo de otras pérdidas
que se pueden dejar
como ladridos de perros
que no se avistan               

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Rio Rimac